Aprender a Respirar y es Aprender a Vivir
Mientras el ser humano no sepa cómo respirar adecuadamente no llegará a
adueñarse de su mente, de su cuerpo y de su espíritu. Podemos pasar
varios días sin comer o beber, pero sin aire la vida seria imposible.
Nuestras células reciben su provisión de oxígeno a través de la sangre.
Cuando por las arterias circula una sangre pobre en oxígeno, queda
menguada la vitalidad de cada una de las células. En la acción de
respirar los occidentales atribuyen la primacía a la inspiración. El
Yoga, en cambio afirma que toda buena respiración comienza por un
exhalación completa y lenta como condición fundamental. No se puede
llenar un recipiente si antes no ha sido vaciado. Es imposible inspirar
bien si antes no se ha exhalado a fondo. ¿Cuántos de nosotros somos
concientes de esto?.
Todos los trastornos orgánicos o funcionales que son el
origen de las enfermedades, pueden ser, sino totalmente remediados, al
menos sí aliviados por medio de la respiración voluntaria. La
respiración es el método más eficaz del que disponemos para aumentar la
resistencia del organismo. Hay una inmunidad natural que depende de la
respiración. A su vez aprendiendo las distintas técnicas respiratorias yógicas, el movimiento diafragmático produce un masaje interno de los
órganos abdominales. El hígado se descongestiona, se previene la
formación de cálculos en la vesícula, se activan los movimientos
peristálticos del tubo digestivo y fundamentalmente se armonizan
nuestros centros de energía. No sólo inspiramos oxígeno, sino también
Prana, energía. |